Conformado hace un año y medio, el de Ezeiza es el único Hospital Interzonal de Agudos en la provincia que tiene un staff de estas características. “El anestesiólogo es un partícipe oculto que renuncia al reconocimiento y al éxito terapeútico popular”, afirmó la Dra. Silvana Sanmiguel.
Desde la pandemia en adelante, el Hospital Eurnekian no deja de experimentar un meteórico crecimiento de su infraestructura y personal humano, con profesionales que llegan de otras instituciones ejemplares del país para aportar sus conocimientos y fortalecer la formación de los residentes. La dirección del nosocomio, encabezada por Juan Ciruzzi, ha puesto también el foco en impulsar nuevos servicios que estén en condiciones de hacer cirugías de alta complejidad, poniendo al máximo centro sanitario de Ezeiza a la vanguardia dentro del territorio bonaerense.
Una de las grandes novedades del último año y medio ha sido la conformación de un equipo propio de anestesiología infantil. De esta forma, el de Ezeiza es el único Hospital Interzonal de Agudos en la provincia que tiene un staff de estas características, es decir, que cuenta dentro del tradicional Servicio de Anestesiología con especialistas abocados a la parte infantil.
Mucho se habla de los médicos que ejecutan las operaciones, pero poco se conoce del rol que cumplen quienes se encargan de administrar diferentes tipos de anestesia antes, durante y al finalizar una intervención quirúrgica. Se trata de una tarea que requiere un profundo conocimiento y de una responsabilidad extrema.
“Lo más complicado de nuestra profesión es cuando en muy pocos segundos tenés que tomar muchas decisiones y aplicar todo tu conocimiento. Nos preparamos todo el tiempo para eso, pero no deja de ser una situación muy estresante porque lo que está en juego es la vida de una persona”, afirmó Silvana Sanmiguel, una de las dos personas que integran el equipo de Anestesiología infantil en el Eurnekian y también docente de farmacología durante años en la Universidad de Buenos Aires (UBA).
A pesar de ser médica de planta en el Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, ubicado en la Capital, esta prestigiosa profesional sumó un nuevo desafío a su carrera: “Me llegó por intermedio del Doctor Scigliano, el Jefe de Emergencias y Cuidados Ambulatorios, la posibilidad de abrir un espacio en el Eurnekian porque necesitaban alguien que hiciera anestesiología infantil en la zona”. Así fue cómo desembarcó en el distrito.
Consultada sobre el conocimiento que existe en la sociedad respecto al valor que tiene su tarea, indicó: “En mi opinión el anestesiólogo es un partícipe oculto si se puede llamarlo así que renuncia al reconocimiento y al éxito terapeútico popular. Es un perfil distinto al de un cirujano que está más expuesto. Se conoce poco de lo que hacemos en la población general, pero acá adentro somos un equipo. También el patólogo tiene una responsabilidad gigante y es un personal no expuesto; en mi caso no me influye porque no busco la gratificación social, sino que las cosas salgan bien”.
Lo más reconfortante de su trabajo
Dentro de la vorágine en la que viven los médicos también hay lugar para momentos que llenan el alma: “Lo más gratificante que tengo en la memoria y que me llevaré a la tumba es la mirada de una criatura con una patología terminal que me dice ‘gracias, estoy mejor que cuando entré’, y lo ayudás a recuperarse como si no estuviese pasando por algo difícil. O cuando algunos chiquitos que ya no están me llamaban y decían ‘qué suerte que estás vos’, ahí te das cuenta que algo hacés bien y eso te llena el alma”, describió San Miguel.
La médica de 45 años contó que entre sus funciones está la planificación del perioperatorio, es decir, lo vinculado con el dolor y las infecciones dentro de un período que se extiende desde que el paciente va al hospital hasta el momento en que vuelve a la casa. Asimismo, explicó que hay poblaciones más complejas que requieren mayor precisión a la hora de administrar la anestesia correspondiente.
“Los neonatos son un ejemplo claro, porque al ser un grupo etario con tanta inmadurez, se deben tener muchos factores en cuenta. Y después hay poblaciones con comorbilidades que siempre ameritan prestar extrema atención, como en el caso de las personas con obesidad, los cardiópatas o los quemados. Los puntos claves a tener en cuenta son la edad, el tipo de operación y las comorbilidades, eso nos marca la complejidad de la cirugía”.
Intervenciones más seguras
El otro médico que se dedica a hacer Anestesiología Infantil en el Eurnekian es Leonardo Brioschi, también con actividad en el Elizalde, y que además se mudó al distrito, al igual que su colega Sanmiguel. Consultado sobre avances dentro de la rama, detalló: “Afortunadamente las drogas que se utilizan hoy tienen un margen de seguridad son mucho más alto que el de años anteriores, hay más información, y por lo tanto la formación de los anestesiólogos es mucho más profunda e intensiva”.
En ese sentido, agregó: “Esto significa que en los quirófanos se están teniendo muchísimas menos complicaciones que antes”. Un ejemplo de ello en la medicina se observa en la utilización de relajantes musculares “muchos más seguros que otros del pasado que podían ser tendientes a generar anafilaxias”.
Un hospital preparado y en plena expansión
“Una de las cosas que vimos luego de mudarnos por la zona es que ante una situación de urgencia con un chico había que ir a Capital. Podía tocarme a mí o a cualquier persona, entonces decidimos empezar a enseñar lo básico para que los jóvenes cuando terminen su residencia, sin tener la subespecialidad, puedan al menos resolver la patología más sencilla y evitar que las familias se trasladen muy lejos. Acá hay un grupo en formación que va a estar altamente calificado para hacerlo”, sostuvo Brioschi.
Por otra parte, ponderó “las muy buenas mesas de anestesia que tiene el Eurnekian”, que fueron renovadas para mayor comodidad de los profesionales, al mismo tiempo que valoró el crecimiento del nosocomio en los últimos años.
“Creo que la proyección del hospital es muy buena, estoy contento con el trabajo de Scigliano que le pone mucha energía y te transmite el entusiasmo. Lógicamente siempre hay cosas por mejorar, pero es un desafío que asumimos con muchas ganas y responsabilidad”, finalizó.