Protagonistas - 22 Diciembre 2022
Marcelo Páez: “Al atletismo lo veo como una herramienta de inclusión”

Un mano a mano exclusivo con el máximo referente distrital del atletismo, que posee una escuelita en La Trocha para chicos y chicas que tienen entre 8 y 17 años. “Lo hermoso de esto es que si no te gusta correr podés saltar, y si no podés hacer lanzamiento de bala. El atletismo es muy amplio”.

 

La vida de un ser humano puede dar un giro inesperado en el momento que uno menos imagina. Hay dones que permanecen ocultos y que solo necesitan ser explotados. Cuando eso sucede, pueden gestarse grandes proyectos que cambien incluso la vida de otras personas.

Marcelo Páez (40) tiene sin dudas un don y lo ha empezado a utilizar para marcar un antes y un después en la historia del deporte local, más precisamente del atletismo. Este profesor de educación física y vecino del distrito de toda la vida es el responsable de gestionar la primera escuelita municipal de atletismo a la que hoy acuden 50 chicos y chicas que tienen entre 8 y 17 años.

Pero además “Marce”, como se lo conoce, se ha destacado en los últimos cinco años por el fuerte trabajo realizado con personas con discapacidad. En efecto, es docente en la Escuela Especial 502 de Ezeiza, lugar desde el que ha impulsado una revolución que consiste en combinar dos ejes centrales para el desarrollo de todo individuo: educación con deporte.

Fútbol, pollos y atletismo

Si uno toma por separado estos conceptos poco tienen en común. Sin embargo, en la historia de vida de Páez representan momentos específicos que lo han llevado a ser hoy un referente del deporte local. Dos meses atrás, fue quien empujó la silla de ruedas de Leonel Güinther para que realice el lanzamiento de bala y obtenga una medalla de plata en los Juegos Bonaerenses 2022; previo a ello, estuvo pegado a la pista de atletismo ultimando detalles con los chicos que corrieron.

Sin embargo, su juventud estuvo marcada por el fútbol: “Yo estuve muchos años en las infantiles de Tristán Suárez, donde incluso fui dirigido por el Bocha Núñez que luego sería el Secretario de Deportes municipal, y llegué a la reserva de Sportivo Barracas”, relató a Ezeiza Hoy. Cuando Marcelo se dio cuenta que “no contaba con las posibilidades” de seguir haciendo fútbol, se abocó a finalizar los estudios para luego realizar el profesorado de educación física.

Esos planes debieron postergarse pronto: a los 20 años, fue padre por primera vez y la urgencia pasó a ser sostener una familia. Así fue como entró a trabajar en Cresta Roja, la fábrica avícola ubicada en Esteban Echeverría, y recién cuando pudo estabilizarse dio inicio a sus estudios.

“Yo cursaba de 7:30 a 12:30, y en la fábrica trabajaba de 15 a 24. Dormir 5 horas para mí era un lujo, y así fue como una carrera que suele durar cuatro años la finalicé en siete-ocho. Por suerte en el laburo me permitieron hacer las prácticas deportivas y docentes que eran a contra turno; recibirme era un gran anhelo que cumplí con mucho sacrificio”, contó.

A finales del 2015, Cresta Roja se declaró en quiebra y Páez se quedó sin trabajo. Por aquellos tiempos, le había agarrado el gusto a correr y conoció en capital a quien al día de hoy sigue siendo su profesor. Se trató de la puerta de entrada al mundo del atletismo, que comenzó a conocer en sus diferentes facetas.

Pocos meses después, como si el destino estuviera escrito, un día mientras elongaba tras finalizar su entrenamiento en Ezeiza se le acercaron un grupo de chicas que le consultaron si era profesor. “Les dije que sí, yo estaba recibido, pero no tenía experiencia. A veces me pongo a pensar en lo maravillosa que es la vida y cómo se te abren puertas, justo en un momento que estaba sin trabajo. Así fue como armé mi primer grupo de running”, explicó.

Poco tiempo después, ingresó en la Escuela 502 y se propuso incentivar a los chicos con diferentes discapacidades para que encuentren un estímulo más en sus vidas. “Al atletismo lo veo como una herramienta de inclusión. Sabemos que cada chico es un mundo, y este deporte les da la posibilidad de hacer una disciplina que seguramente nunca practicaron”, detalló.

En 2018 Marcelo estuvo a cargo de una escuela de fútbol especial, en tanto que en 2020 ese trabajo ya iniciado en la 502, institución en la que organizó la primer corre- caminata- se trasladó definitivamente al ámbito municipal pura y exclusivamente en el área de atletismo, tanto adaptado como convencional.

Un lugar para todos y todas

La escuela de atletismo de Marcelo Páez funciona en el Paseo La Trocha sobre las calles Chile y 25 de Mayo, ya no una vez a la semana como ocurría al principio, sino con dos entrenamientos producto de una demanda en ascenso. Los resultados lentamente comienzan a llegar: en esta edición de los Juegos Bonaerenses logró llevar a cinco atletas a la fase final.

“Cuando fui a Mar del Plata por primera vez dije ’esto es lo mío´; es una competencia maravillosa y este año los chicos que corrieron disfrutaron muchísimo la experiencia, saben además que si esfuerzan son capaces de pelear por las medallas”.

A la escuela de Marcelo van chicos que tienen desde 8 a 17 años e incluye a personas con discapacidad. La entrada en calor es grupal para que los lazos sociales se fortalezcan y todos hablen con todos. Luego, se dividen en grupos según categoría/disciplina y se entrena con máxima seriedad.

“Lo hermoso de esto es que si no te gusta correr podés saltar, y sino podés hacer lanzamiento de bala. El atletismo es muy amplio e inclusivo, y más allá de ser competitivo, en un sentido sano, fomenta la hermandad”, agregó, en tanto que subrayó su deseo de hacer crecer aún más este deporte en el municipio.

Quienes deseen sumarse a la escuelita para el año próximo pueden contactarse al 15-5588-9494.



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