
A sus 16 años, Pilar Beveraggi se encuentra un poco más cerca de cumplir su sueño de vida: ser tenista profesional. El camino aún es largo y espinoso, con múltiples altibajos por delante, pero que elige transitar con la misma felicidad de hace poco más de tres años, cuando en su primera charla con Ezeiza Hoy se dio a conocer ante el público.
Desde aquel entonces, su progreso ha sido exponencial. Es que “Pili”, como se la conoce, ya se encuentra entre las mejores 500 jugadoras del ranking mundial ITF de juniors (hasta 18 años), habiendo competido en distintos países de Sudamérica y con una reciente convocatoria por parte de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) para integrar el equipo nacional en la IC Rod Laver Cup junior a realizarse en octubre.
Con un potente revés y un rápido juego de piernas, quien entrena tanto en Canning como en Ezeiza alcanzó en agosto la final de un J4 en Córdoba, resultado que le permitió meterse por primera vez entre las mejores 500 del ranking internacional. A principios de año, se ubicaba en el puesto 1533, un dato que exhibe un ascenso de más de 1000 posiciones en apenas ocho meses. Como para no ilusionarse.
El proceso durante la pandemia
“Si bien yo de alguna manera pude seguir entrenando, creo que la pandemia nos impactó a todos porque la preparación física durante varios meses la hice por videollamada desde casa, sin los materiales y el espacio adecuado para trabajar. Fue mucho tiempo sin hacer nada en la parte tenística y eso fue un pequeño atraso tanto en mi desarrollo como en el de cualquier chica de mi edad, pero lo he recuperado muy bien en estos últimos dos años”, explicó Beveraggi.
Aunque en el barrio donde reside podía tener acceso a las canchas de tenis, la imposibilidad de poder contar en los primeros meses de cuarentena con su entrenador o de pelotear con jugadoras de su nivel fueron razones suficientes como para frenar un poco su progreso. Afortunadamente, eso ya forma parte del pasado.
Primera experiencia internacional
El debut de Pili en el exterior se dio en abril de este año en Paraguay. “La realidad es que pude jugar muy bien, me sentí cómoda y el club donde me tocó competir era increíble. Hasta ese momento yo no había tenido roce con jugadoras de otro país, y eso fue muy algo muy positivo”, contó. Pese a los nervios de la primera vez, las semifinales alcanzadas fueron una muestra de que el nivel está presente.
Luego, el itinerario incluyó tres semanas en Perú, también con resultados positivos, que le han valido poder mejorar su ranking e ingresar a muchos torneos sin tener que jugar la etapa de clasificación-conocida como qualy-, que implica un desgaste físico mayor.
Fortalecer el físico y pulir los golpes
El tenis moderno se juega a una velocidad cada vez más alta. Es por esa razón que, a pesar de contar con una buena potencia de base, Pilar trabaja desde el año pasado para ser más agresiva dentro de la cancha. “La idea es que sea yo la que proponga y mantener la intensidad durante todo un partido”. Para ello, la joven de 16 años lleva adelante una fuerte preparación física, tan necesaria como la parte técnica.
En esa línea, Beveraggi se mostró consciente de la importancia en esta etapa aun formativa de “saber hacer todo e incorporar variantes” a su juego. “He mejorado muchas cosas, pero creo que todavía debo trabajar el cierre de los puntos adelante con la volea. Por otro lado, me siento sacando cada vez más fuerte y con diferentes ángulos, así que eso me pone contenta”, agregó.
El sueño de jugar en 2024 algún Grand Slam en juniors y su jugadora de referencia actual
Para lograr un objetivo hace falta una planificación. Es por ello que Pilar cuenta, además de sus entrenadores, con un equipo completo de trabajo que incluye un preparador físico, kinesiólogo, nutricionista y psicóloga. Aunque el ranking hoy no sea la principal prioridad, no deja de ser una vía necesaria para alcanzar su primer gran meta.
“Me encantaría poder jugar en 2024 los Grand Slams juniors, que son increíbles y para pocas personas. Si bien todos son hermosos, Wimbledon es la catedral del tenis y no hay con que darle, por lo que estar ahí como jugadora sería un sueño cumplido”.
Tras el retiro de quien fue su ídola en la infancia, Serena Williams, la actual número 1 del mundo, Iga Swiatek, aparece como la nueva gran referencia en un circuito femenino cada vez más competitivo: “La veo y me identifico mucho con ella, me encanta como juega, lo que propone y su actitud en la cancha. Mi entrenador siempre me dice que su derecha es parecida a la mía, así que trato de rescatar todo lo bueno que exhibe cuando compite”.
Con un tenis argentino que lentamente comienza a despertarse, con nuevas jugadoras que aparecen en escena, Pilar Beveraggi sabe que queda un largo tramo por recorrer. Convencimiento no le falta; al fin y al cabo, se trata de cumplir el sueño de su vida.























