
Desenvuelta, talentosa y con muchas ganas de progresar, compitió en acuatlón y viene del palo del atletismo. Ezeiza Hoy dialogó con la representante más joven que tuvo el distrito en la máxima competencia provincial.
Los Juegos Bonaerenses 2021 dejaron múltiples historias emotivas, de sacrificio, de lucha, y claro está, de superación. Uno de esos casos es el de Julieta Nowak, quien con apenas 11 años se dio el gusto de competir en Mar del Plata en acuatlón y fue la representante más joven de la delegación municipal.
Lejos de sentirse intimidada o que los nervios lógicos por encontrarse en un ambiente diferente al habitual la consuman, quizás también por el hecho de contar con la compañía de su madre Mónica que viajó junto a ella, juli fue una más. Ejemplo de ello fue cuando luego de una cena en la que todos los deportistas se presentaron y contaron qué disciplina practicaban, se plantó frente a todos y habló con una llamativa y asombrosa madurez.
Con residencia en Canning, quien acude al colegio San Marcos dialogó con Ezeiza Hoy sobre lo que significó la experiencia vivida en la ciudad feliz y dejó bien en claro que desea volver el año próximo.
“Mi interés por el atletismo comenzó cuando me empecé a destacar en los intercolegiales. Ahí decidí que quería mejorar más y le pedí a mi papá que me anotara en una escuela de atletismo”, explicó.
La llegada de la pandemia no fue un impedimento para quedarse quieta. “Me armaba rutinas en casa, y una vez habilitadas las actividades al aire libre empecé en la escuelita con el profesor Marcelo Páez, quien me ayudó mucho con la técnica”.
Su participación en los regionales clasificatorios a Mar del Plata fue más que positiva, pero finalizó en segundo lugar; fue allí cuando su mentor deportivo le sugirió anotarse en acuatlón, una disciplina que consistía en nadar 100 metros y correr un kilómetro. “Para mí fue todo un desafío, ya que jamás había ido a clases de natación, pero lo hice por las noches para llegar preparada a los bonaerenses”.
Asegurada la clasificación, a Julieta le comenzaron a surgir los temores lógicos en una chica de 11 años: “Tenía miedo y nervios ya que sabía que era la más chica de la competencia, pero finalmente mi estadía fue genial porque solo tuve que preocuparme por competir. Me sentí muy apoyada por toda la delegación con la que viajé”, relató con la misma alegría que exhibió cada día que transitó en la ciudad costera.
A sus 11 años, Nowak demostró que la edad no es un impedimento para dar rienda a los sueños, claro está, con el sacrificio necesario para transformar aquellos deseos en una realidad: “Mi objetivo es seguir entrenando y esforzándome para poder ir los próximos años a Mar del Plata y mejorar mis marcas personales”, concluyó.























