Se trata del RA-10, ubicado en el Centro Atómico, cuyas obras podrían paralizarse ante el recorte de fondos que el gobierno de Milei impulsa en el área científica. “Muchos jóvenes piensan en emigrar para tener otros horizontes”, advirtió la Presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
La motosierra del Gobierno que encabeza Javier Milei empieza a llegar a cada sector de la sociedad, incluida la comunidad científica. Y es en ese marco que la continuidad de dos obras fundamentales para la República Argentina podría verse afectada en caso de un eventual corte en la cadena de pagos, una opción factible ante la situación presupuestaria crítica que atraviesa la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
Una de ellas es el Reactor Nuclear Argentino Multipropósito RA-10, ubicado en el Centro Atómico de Ezeiza, y cuya construcción comenzó en el año 2016, aunque tuvo su génesis en el 2010, en un contexto de repatriación de científicos.
La importancia de este proyecto es central para el país. Es que el RA-10 que se construye en nuestro distrito es el reactor multipropósito más moderno del mundo, ya que permitirá cuadruplicar la producción de radioisótopos de uso médico para estudios funcionales y podría ubicar a la Argentina como un jugador importante en el mercado de esos productos, además de situarla en un puesto de avanzada en la investigación con haces de neutrones, un área crítica para la producción, testeado y estudio de materiales.
La obra civil abarca la construcción de los cuatro edificios que componen la instalación: edificio del Reactor, edificio Auxiliar, edificio de guías y edificio de Servicios. En agosto de 2018, con el montaje de la Pileta del Reactor, comenzó la provisión e instalación de los grandes componentes principales de la instalación. Esta etapa finalizó en el año 2020.
Con un avance que ronda el 80%, la fecha prevista para su puesta en funcionamiento está estipulada para fines de este año. Sin embargo, hay preocupación porque a la fecha no se han realizado a la CNEA desde el Gobierno nacional las transferencias de fondos para poder realizar los pagos efectivos a los proveedores de todo lo devengado, con la única excepción de las transferencias correspondientes a salarios y becas.
Ante esta situación, son muchos los compromisos asumidos con múltiples proveedores a los cuales no se les han podido efectivizar los pagos correspondientes de varios meses. Es así que, ante la falta de flujo y continuidad en los pagos, muchos de ellos se han visto en la obligación de comenzar a no prestar servicios, lo que supone un impacto en dos proyectos estratégicos de alto impacto como el RA-10 y el CAREM, el primer reactor nuclear de potencia íntegramente desarrollado y construido en el país que tiene un diseño revolucionario y se levanta en Lima, provincia de Buenos Aires.
En efecto, el CAREM es el primer reactor modular de baja y media potencia del mundo (SMR, por sus siglas en inglés) en estar oficialmente en construcción.
“Hay mucha preocupación por los despidos y el deterioro que se ve en la ciencia y tecnología”
La presidenta de la CNEA, Adriana Sarquis, dialogó con Ezeiza Hoy y alertó sobre las fuertes consecuencias que podría traer la paralización del RA-10: “Si la obra se detiene no va a poder dar divisas para el país ni generar la consolidación del conocimiento de tantos años de apostar al área científica tecnológica basada en la energía nuclear y sus aplicaciones”.
En ese orden, advirtió: “Abandonar en este momento el RA-10 simplemente va a resultar en una obra más cara si es que se termina. Se trata de un proyecto que tiene un 100% de su obra civil finalizada y donde solo faltan los componentes que darían lugar a tener el sueño de contar con la producción propia y de aportar en la región los radioisótopos para toda el área de medicina nuclear”.
Sarquis consideró que la situación actual de la ciencia y la tecnología en la Argentina “es muy crítica”, y que hay sectores en los que ya se habla de un “cientificidio”, no solo por la falta de presupuesto, sino de perspectiva en el área. “Muchos de nuestros jóvenes están pensando en emigrar para tener otros horizontes”.
Asimismo, recordó que un país que apostara por la producción sobre la base del conocimiento era parte de un sueño que existía antes del inicio de este Gobierno, y en función de ello existen una serie de leyes pensadas con el objetivo de avanzar en esa línea, tales como el Plan nacional de Ciencia y Tecnología para la realización de diversas tareas.
“No parece que esas leyes se vayan a cumplir. Hay mucha preocupación desde todos los sectores por los despidos y todo lo que implica un deterioro en las condiciones en que podemos hacer ciencia y tecnología, alejándonos cada vez más de los modelos que dicen ser utilizados como proyección para lo que queremos ser”, concluyó.