La Escuela de Educación Agropecuaria N° 1 de Ezeiza es una de las más importantes del distrito ya que no solo forma profesionales especializados en la industria del campo, sino que elabora y comercializa productos de calidad selecta con los controles correspondientes.
Se trata de una institución de jornada completa en la que sus alumnos ingresan a las 7:20, con materias que conforman la currícula de cualquier escuela de educación secundaria,mientras que por la tarde hasta las 17, luego de un reconfortante almuerzo en el comedor, continúan con las materias referidas a prácticas profesionalizantes que los instruye en el proceso productivo, desde la extracción de materia prima hasta la participación en el agregado de valor en el entorno formativo de la agroindustria.
En un principio, los productos eran comercializados a través del tradicional “de boca en boca”, en ferias y eventos que realizaba o en los que participaba el colegio. Sin embargo, desde octubre del año pasado cuentan con un local propio en donde se recupera la mística de acercarse a comprar y conocer de cerca la materia prima con la que se encuentran elaborados los artículos.
Uno de los productos estrella es la miel: los estudiantes acompañados de sus docentes realizan tareas de mantenimiento de apiario, luego viene la cosecha entre febrero y marzo para finalmente envasar.
“La miel genera una instancia de aprendizaje muy significativa, en el camino se forjan lazos muy fuertes entre docentes y alumnos: en este caso se destaca el aporte del profe Fernando Iacovantuono en el sector apícola que siempre nos contagia con su eslogan ‘sumale miel a tu vida’, aseguró Florencia Espinosa, la directora de la institución.
Otro clásico de la escuela es el dulce de leche. Parte de los que están a la venta en algunos momentos del año son de leche de cabra obtenida en el tambo de la escuela, o bien de leche de vaca obtenida de productores locales. También en menor escala se suma la elaboración de quesos, ideales para estacionar y comer en una ocasión especial.
Para Florencia el local y los productos que se encuentran a la venta “contribuyen a revalorizar la lógica identitaria cultural del distrito asociado a la producción que se desarrollaba antes del proceso de industrialización, que dio lugar a una lógica de consumo en las grandes cadenas de supermercado”.Por tal motivo, los precios son fijados a conciencia en un acuerdo entre docentes y alumnos, desarrollando una lógica de precio justo.
“El objetivo principal es que el local sea el reflejo de todo el trabajo que se realizan en los distintos entornos formativos de la escuela”, afirmó la docente y directora. A su vez, agregó que “durante las últimas semanas de marzo se llevó a cabo la venta de chorizos cuya elaboración estuvo a cargo de la maestra Adela Hereñu, y los vecinos del barrio se acercaron a comprar porque se enteraron que hubo producción y la gente celebra poder acceder a los productos porque saben lo valioso que es conocer con que te estás alimentando, lo que genera un valor agregado”.
Si bien los productos de la agro se vendían previo a la apertura del local (iniciado por el director anterior, Guillermo Guido, algunas familias de la Asociación Cooperadora y finalizado por el municipio), es un avance muy importante para la comunidad contar con este espacio de ventas ya que aporta un modelo para el desarrollo local y de construcción de soberanía alimentaria.
Un poco de historia
La escuela tal cual la conocemos ahora, ubicada sobre la calle Roma al 20 de Carlos Spegazzini, nació en 1987 pero en Barrio Uno como parte de un comodato con laCoordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE).
Cuando terminó el comodato en 1997 se trasladó al Hogar Escuela Evita donde estuvootros diez años más. Mientras tanto, este edificio funcionaba como escuela primaria y más tarde como hogar, hasta que finalmente en 2006 se le cede el espacio a su ubicación actual donde se educan 380 alumnos quienes, acompañados de la Asociación Cooperadora, hacen de esta institución un ejemplo a seguir y un lugar de aprendizaje modelo en el que el compromiso de toda la comunidad educativa posibilita su constante crecimiento.