Se trata de dos diputados de Juntos por el Cambio y Libertad Avanza, quienes en sintonía con la medida adoptada en la Ciudad, pretender prohibir el uso del lenguaje inclusivo en los establecimientos educativos de toda la Provincia.
Tras el anuncio de la Ciudad de Buenos de prohibir del lenguaje inclusivo en todos los niveles de las escuelas públicas y privadas porteñas, dos diputados bonaerenses presentaron un proyecto de ley para replicar la medida en las escuelas en el ámbito de la Provincia.
Puntualmente, se trata de los diputados Guillermo Castello (Avanza Libertad) y Matías Ranzini (Juntos por el Cambio) que buscan suprimir el uso de expresiones que incluyen la “e”, la “x” o el “@” también en documentos del Estado.
A través de un comunicado difundido por redes sociales, el mensaje reza: “Presentamos un proyecto prohibiendo el lenguaje inclusivo en el Estado y en el sistema educativo de la provincia”, señaló Castello el pasado viernes a través de las redes sociales. “El lenguaje oficial debe facilitar la publicidad de los actos de gobierno y el correcto desarrollo de las habilidades de lectura y escritura”.
Minutos después, Castello respondió a un usuario que lo había cuestionado que en su vida privada “podía hablar en inclusivo, mandarín o sánscrito”, pero se manifestó “en contra de que el Estado IMPONGA un lenguaje NO OFICIAL por medio de sus organismos públicos y escuelas”.
El artículo 1 del proyecto del proyecto remarca así la utilización del “idioma español conforme las reglas que establece la Real Academia Española”.
Por su parte, el 2 indica que esto “importará la exclusión de toda información de reglas idiomáticas en general, y en particular las tendientes a reemplazar el uso del masculino genérico que, en nuestra lengua española, abarca a todas las personas, pertenezcan o no a dicho género, así como a la inclusión en las palabras de signos o letras que deformen su sentido u ortografía”.
Cabe recordar que, tras conocerse la resolución en la Ciudad, los gremios docentes repudiaron la medida. Tanto Ute como Ademys, dos de los sindicatos porteños, consideraron que forma parte “de la ofensiva de la derecha en educación”.