Tras la celebración de su 39 aniversario la directora de la Escuela 17, Alicia Alonso, dialogó con Ezeiza Hoy sobre el peso que tiene esta histórica institución dentro de la comunidad.
En el 2023 la Escuela Primaria 17 “Dolores Ramírez de González Ocantos” cumplirá 40 años de vida. Se trata nada más y nada menos que una de las tres instituciones educativas más antiguas del distrito, y con un profundo sentido de pertenencia por parte de quienes la componen.
Ubicada sobre la calle Las Heras al 177, en Tristán Suárez, a fines de mayo celebró su 39º aniversario con la presencia incluida del Intendente Gastón Granados. Ese día, se realizó la inauguración formal de un terreno lindero a la escuela en el que se llevarán adelante actividades físicas y culturales. Fue sin dudas un momento muy emotivo, ya que el flamante espacio era necesario para dar respuesta a una demanda cada vez mayor de alumnos y alumnas.
El peso histórico de la Escuela 17 está fuera de discusión; es que cuando las paredes se alzaron y los primeros estudiantes ocuparon sus pupitres, Ezeiza pertenecía al municipio de Esteban Echeverría. De hecho, la entidad funcionaba bajo el nombre de Escuela 44, denominación que fue modificada una vez que se produjo la separación distrital.
Por aquellos años el asfalto no existía, y las calles eran de tierra. El barrio estaba compuesto por unas pocas casas, y al ser una población bastante reducida, era normal que las familias se conocieran entre ellas. En ese contexto, el afecto por la escuela fue siempre muy alto.
“Con el correr de los años comenzaron a venir muchos nenes y nenas del barrio El Grillo, al igual que de Spegazzini. Al principio solo contábamos con la planta baja y el patio, pero luego se hicieron aulas en una planta alta, la sala de informática, la biblioteca y el gimnasio”, relató a Ezeiza Hoy Alicia Alonso, quien se desempeña como directora de la institución hace 27 años.
Entre ambos turnos, casi 800 alumnos se forman en la 17. El lema que su cuerpo docente pregona es que todos y todas deben demostrarse que pueden ser alguien en la vida, pero su directora va más lejos: “Como siempre les digo, de esta escuela va a salir el Presidente de la Nación, y en caso de que eso no suceda, serán excelentes profesionales”.
De hecho, hay casos de ex alumnas que en la actualidad son colegas de Alonso, algo que para ella representa “un orgullo total”. En esa línea, resaltó la voluntad de formar ante todo “buenas personas”, y aclaró que ningún niño “aprende sin amor”. Para ello, el trabajo y la dedicación de cada docente es fundamental, un aspecto sobre el que machaca a diario desde su rol de Directora.
“Siempre les digo que para simplemente cumplir cuelguen el guardapolvo. Esto no es una fábrica que se rompe una máquina y esperás que venga el encargado a cambiar un tornillo: acá todos los días construimos el futuro, somos la patria, y cada uno de nosotros aporta su granito de arena.”
En materia educativa, se dictan talleres de Educación Sexual integral (ESI) de primero a sexto grado, al mismo tiempo que existe un equipo de orientación para hacer las derivaciones correspondientes ante posibles casos de violencia familiar. “Lo primero que se busca es contener a la o al niño, brindarle un espacio para que tenga la confianza de contar lo que pueda sucederle”, explicó Alicia.
Por otra parte, la escuela cuenta con un comedor en el que comen 220 chicas y chicos, al mismo tiempo que se realiza la entrega de bolsones para más de 550 familias. Según ponderó Alonso, se ha producido “un cambio radical” en la calidad de la alimentación, por lo que valoró la articulación con la municipalidad: “Nos envían una nutricionista que se encarga de hacer una dieta balanceada. Ahora tenemos variedades de frutas, yogurt, carne, pollo, cereales, realmente se lleva adelante un gran trabajo”.
En esa línea, consideró “muy positiva la enorme inversión educativa que encabeza el Gobierno municipal”, que en el caso de la 17 se ve reflejada en la calidad de sus baños, patios y veredas, especialmente refaccionadas. Incluso, hay un sanitario de mujeres en ejecución, mientras que a futuro el sueño es poder colocar algunos aires acondicionados.
A principio de año, la directora y todos los niños y niñas que integran la casa de estudios primarios emplazada a pocas cuadras de la estación de ferrocarril realizaron un pacto: “Dijimos que tenemos que hacer de esta escuela la mejor del distrito. Ellos dijeron del mundo, pero me conformo con que sea la mejor a nivel local, y no tengo duda que lo es por su calidez humana. De ahí para adelante, se aprende siempre”, concluyó.